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Problemática del calor en espacios no laborales y carga térmica en ambientes ocupacionales
En numerosos entornos laborales y comerciales —como industrias, oficinas, negocios, gimnasios, locales en shoppings y depósitos— el aumento de la temperatura ambiente genera una alta carga térmica.
Este fenómeno afecta tanto el rendimiento del personal como la vida útil de los equipos, reduciendo la productividad y aumentando el riesgo de fatiga térmica. Además, el calor influye directamente en la sensación de confort, provocando malestar, disminución de la concentración y cansancio, especialmente en espacios cerrados o con gran afluencia de público.
La carga térmica se define como la cantidad total de calor presente en un ambiente, proveniente de fuentes internas (personas, equipos, iluminación) y externas (radiación solar, temperatura exterior).
Cuando este calor no se disipa adecuadamente, se genera un ambiente caluroso, húmedo y poco confortable, provocando:
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Disminución del rendimiento laboral y la concentración.
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Incremento del ausentismo por malestar térmico.
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Riesgo de golpe de calor o estrés térmico.
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Fallas en equipos eléctricos o electrónicos sensibles.
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Malestar de clientes y visitantes, afectando la atención y las ventas.
Esta problemática se observa en:
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Industrias metalúrgicas, textiles, plásticas, alimenticias, entre otras.
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Talleres y galpones sin climatización adecuada.
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Oficinas, negocios y locales comerciales en shoppings.
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Centros deportivos y gimnasios.
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Depósitos y naves industriales.
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Eventos sociales.





